Texto y selección: Manuel Recio

Sister Rosetta Tharpe es un caso paradigmático en la historia de la música: cantante, compositora y excelente guitarrista en un puesto que (históricamente) suele estar reservado a hombres. Trazó las fronteras entre la sacralidad del gospel y la inmediatez terrenal del rock’n’roll primigenio. Recientemente ha sido inducida en el Salón de la Fama del Rock. Hermanos y hermanas, abran bien los oidos, llega la Hermana Rosetta.

Nacida en una plantación de Arkansas, Rosetta Tharpe desde muy pequeña empezó a cantar en las iglesias. Los sonidos sureños del blues y del soul le atraparon. Su familia se mudó a Chicago y allí se inició tocando la mandolina y la guitarra, tocando blues en privado, mientras seguía cantando en los coros de las iglesias.

En 1938 hizo sus primeros discos para Decca al mismo tiempo que acompañaba a músicos de jazz en los escenarios. Gracias a John Hammond actuó en el Carnegie Hall de Nueva York y su popularidad subió como la espuma. Llegaron las grabaciones, la giras y los reconocimientos, aunque en vida no tuvo los premios que luego consiguió una vez fallecida.

Siempre se hablado de Chuck Berry, Little Richard o muchos otros pioneros, pero si la historia fuera justa, la hermana Rosetta Tharpe debería estar en los altares del rock como una de las más grandes. Sirva esta lista de modesto homenaje.