Texto y selección: Manuel Recio

Joe Pass fue uno de los mejores guitarristas de la historia de jazz. Aunque grabó multitud de discos en solitario, tal vez sea más reconocida su labor como sideman con nombres como Ella Fitgerald, Frank Sinatra o Sarah Vaughan. Dotado de una técnica inigualable, las interpretaciones de Pass han pasado a la historia del jazz por su versatilidad y virtuosismo.

Joseph Anthony Jacobi Passalacqua nació en Nueva Jersey en 1929. Desde sus primeros pasos musicales se confesó un fan del estilo de Django Reindhart. En los 50 debutó en Nueva York, aunque adicciones con las drogas le llevaron a prisión. En los años 60 es cuando Pass forja su sonido, asociado a su inseparable guitarra Gibson, y realiza grabaciones para el sello Pacific al mismo tiempo que empieza a acompañar como guitarrista a grandes del jazz como Benny Carter, Milt Jackson, Herb Ellis, Zoot Sims, Duke Ellington, Dizzy Gillespie, Ella Fitzgerald, Count Basie y muchos otros.

También graba discos bajo su nombre en formato quartet donde despliega una técnica poco habitual en el jazz: por un lado con escalas imposible y por otro con su peculiar interpretación del walking bass.

Falleció en Los Angeles en 1994 a causa de un cáncer de hígado. Su legado queda como uno de los guitarristas más influyentes del jazz.